Enlaces accesibilidad

España, una "isla eléctrica" más vulnerable a los apagones: "Las interconexiones internacionales nos han salvado"

Por
Subestación eléctrica en Santa Llogaia, Girona, donde se encuentra la única conexión subterránea con Francia
Subestación eléctrica en Santa Llogaia, Girona, donde se encuentra la única conexión subterránea con Francia EFE/Robin Townsend

Aunque se siguen sin conocer las causas concretas del apagón histórico que dejó sin luz el lunes a toda la península Ibérica, los expertos coinciden en resaltar un hecho clave para comprender el sistema eléctrico español —y su vulnerabilidad—: nuestra condición de "isla eléctrica". Este concepto, que empezó a popularizarse con la crisis de precios de la energía de 2021 y la del gas de 2022 por la guerra en Ucrania, hace referencia a la peculiar situación geográfica de España y las escasas conexiones con otros países.

La península está aislada del resto de Europa por los Pirineos, por lo que a diferencia de otros países centroeuropeos, las conexiones eléctricas internacionales son mínimas. España y Portugal conforman un mercado único y tienen muchos puntos de conexión, pero el problema está al cruzar la cordillera que nos separa de Francia.

Aunque hay una conexión con Marruecos, el principal socio energético español es el país galo, con el que compartimos electricidad únicamente a través de cuatro conexiones aéreas —cables de alta tensión— por los Pirineos, dos de ellas principales y dos alternativas, según informa el operador francés, RTE.

Hay además una única conexión subterránea con Francia, la de Baixas-Santa Llogaia, en el lado catalán de la frontera. Es la última en ponerse en marcha, con su puesta en operación comercial a finales de 2015, duplicando la capacidad de intercambio de electricidad entre ambos países (pasando de 1.400 MW a 2.800 MW, una capacidad para alimentar a cerca de tres millones de hogares), informa en su web Red Eléctrica, el operador español.

Lejos de los objetivos europeos de interconexión

Sin embargo, y a pesar de la ampliación de 2015, "el grado de interconexión de nuestro país sigue estando debajo de los objetivos marcados por la Unión Europea del 10% y del 15%, para los años 2020 y 2030, respectivamente", destaca el operador español. Concretamente, la conexión con Francia ronda el 5%, muy lejos de los umbrales que demanda Bruselas.

El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) español, aprobado en 2021 y revisado en 2024, así lo puso de manifiesto y planteó aumentar la capacidad de intercambio con Portugal hasta 3.000 MW y con Francia hasta 8.000 MW, mediante tres nuevas interconexiones eléctricas. Esto se logrará gracias a la primera conexión submarina en el Golfo de Vizcaya, entre Gatika (España) y Cubnezais (Francia), así como con otros dos proyectos a través de los Pirineos (Navarra-Landes y Aragón-Marsillon).

Gonzalo Escribano, director del programa de energía y de clima del Real Instituto Elcano: "Una isla eléctrica, como es España, tiene muchos riesgos"

Solo el cable del Golfo de Vizcaya permitirá transportar unos 5.000 MW, "es decir, la posibilidad de ayudarse mutuamente en cinco millones de hogares", según explicaba en un vídeo Dominique Millan, director general de Inelfe, la sociedad mixta conformada por los operadores francés y español para desarrollar proyectos conjuntos.

El Pniec contempla esta interconexión de 400 kilómetros de longitud, unos 100 de ellos terrestres y 300 submarinos, con un coste estimado en el entorno de 2.400 millones de euros. Sin embargo, el proyecto arrastra un historial de retrasos. Fue designado Proyecto de Interés Comunitario (PIC) por la UE en 2013, lo que permite acelerar las inversiones y permisos, pero según Inelfe no será hasta 2027 o 2028 cuando pueda comenzar a operar. Los gobiernos español y francés trataron, en una reunión en París, de coordinarse sobre futuras infraestructuras energéticas, aunque sin avances concretos.

Francia y Marruecos, a la ayuda de España con el apagón

Tras el apagón histórico vivido el lunes, Francia y Marruecos socorrieron a nuestro país proporcionando electricidad a través de estas interconexiones. El país galo puede aportar hasta 950 megavatios (MW) a la red ibérica, según RTE. Además, 700 MW de consumo español fueron realimentados desde suelo francés. También Marruecos aportó electricidad a través de la línea que conecta Ferdigua, en el país africano, con Tarifa, en Cádiz.

"Las interconexiones nos han salvado", ha afirmado en RNE el director del programa de Energía y de Clima del Real Instituto Elcano, Gonzalo Escribano. "Gracias a que Francia ha puesto a funcionar al máximo sus exportaciones de electricidad y Marruecos ha hecho lo mismo, nosotros hemos podido reinicializar el sistema", ha asegurado. Gracias en parte a los puntos de conexión entre Francia y el País Vasco, las zonas del norte recuperaron antes la luz que otras áreas de nuestro país.

La crisis vivida el lunes demuestra "lo fundamental que es tener interconexiones", más en una "isla eléctrica como es España", que tiene "muchos riesgos eléctricos". Nuestro país "lleva años demandando mayores interconexiones eléctricas" y también energéticas con el resto de Europa, ha afirmado el mismo experto en TVE.

Estas tienen un doble beneficio: por una parte, España puede aportar "seguridad" al resto del continente al permitir la exportación de electricidad y gas, como ocurrió en la guerra de Ucrania, gracias a nuestra potencia renovable y a la gran capacidad de regasificación de los puertos españoles. Por el otro lado, si España tiene dificultades, las interconexiones son clave para que dejemos de ser esta "isla eléctrica".

Esto ya se ha comprobado en el pasado. Aunque España es históricamente un importador de energía de Francia, en 2022 se convirtió por primera vez en exportador neto a causa de los problemas que experimentaron las nucleares francesas (que proporcionan habitualmente el 70% de la electricidad en el país vecino).

Conexiones clave por las renovables

Si las conexiones internacionales son siempre "positivas", según Escribano, más aún lo son a medida que aumente la penetración de renovables en el sistema energético español. Las renovables, como la solar o la eólica, por su propia naturaleza, proporcionan mayor variabilidad, lo que obligará a "tener mucha más flexibilidad" en el funcionamiento del sistema. Para ello, las interconexiones, "igual que el almacenamiento" o la gestión de la demanda, serán "elementos clave".

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, aludió a ellas como una parte fundamental de la recuperación de la electricidad, junto a los ciclos combinados de gas y las centrales hidroeléctricas.

En la misma línea que Escribano se expresa Miguel de Simón Martín, profesor titular en el Área de Ingeniería Eléctrica de la Universidad de León. Frente a un sistema eléctrico más vulnerable, por "una baja capacidad de interconexión y una alta participación de generación renovable", la solución es "compleja".

Pasa por conexiones como la del Golfo de Vizcaya, así como desplegar "sistemas de almacenamiento de energía" y desarrollar "microrredes capaces de aislarse de la red principal en caso de fallo, autoabasteciéndose mediante generación distribuida (fotovoltaica, minieólica, cogeneración, baterías, etc.)". Estas medidas "aumentarán la flexibilidad y la resiliencia de la red, aunque todavía requieren mayor madurez tecnológica y un apoyo regulatorio decidido", asegura en declaraciones a Science Media Centre España (SMC).

OSZAR »