Con el aumento de la población de lince ibérico (Lynx pardinus) en España y Portugal durante 2024 el numero de hembras reproductoras se sitúa en 470, muy cerca del umbral de 570 con que se cifra que el felino se encuentra en un estado de conservación favorable. Actualmente la población del lince ibérico supera los 2.400 ejemplares, lo que multiplica por 25 la cifra de hace 20 años. Y en un año el número ha aumentado un 19 por ciento, según el último censo del ministerio para la Transición Ecológica.
Las tres principales áreas geográficas para el lince ibérico se encuentran en Sierra Morena, con un total de más 1.000 individuos repartidos entre Andalucía y Castilla-La Mancha. El que fue el felino silvestre más amenazado del mundo se expande por la Península gracias a un proyecto científico y un trabajo de fuerte participación social que es un emblema de recuperación de una especie a nivel mundial. Sin embargo, el ambiente hostil que han generado grupos de cazadores y agricultores ha provocado que planes avanzados para reintroducir el felino en Catalunya, Castilla y León y Aragón se hayan congelado. Unas protestas que han rescatado en cierta medida la etiqueta de “alimaña” que se le colgó al felino durante décadas del siglo XX y que suponía el pago de una recompensa dineraria a quien matara un lince ibérico. En cambio, donde ya se ha reintroducido, su presencia es bienvenida y función ecológica es agradecida por el control de conejos y otros animales que pueden convertirse en plagas.