La subida de los aranceles al acero y aluminio del 25% al 50% entra en vigor este miércoles en medio de críticas a EE.UU.
- Los socios comerciales critican que la medida "socava" la posibilidad de llegar a una solución negociada
- Según Trump, es necesaria para proteger a los fabricantes estadounidenses frente a productores extranjeros de bajo coste


La subida de aranceles del 25 al 50% aplicada a las importaciones de acero y aluminio por Estados Unidos entra en vigor este miércoles en medio de las críticas de los países que están negociando con la Casa Blanca, al considerar que "socava" la posibilidad de llegar a una solución negociada.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este martes la orden ejecutiva para tal fin, basándose en la sección 232 de la Ley de Expansión Comercial de 1962, que permite imponer restricciones comerciales por razones de seguridad nacional y que, a diferencia de otros instrumentos, no puede ser impugnada por el Tribunal de Comercio Internacional. "El aumento de los aranceles brindará mayor apoyo a las industrias de acero y aluminio", ha señalado el decreto presidencial.
La medida fue anunciada la pasada semana por el propio Trump, quien aseguró que en un principio pensaba incrementar estos gravámenes al 40%, pero ejecutivos de la industria le pidieron que los subiera al 50%. Según defendió, se trata de una medida necesaria para proteger a los fabricantes estadounidenses frente a la competencia de productores extranjeros de bajo coste.
Los principales perjudicados de la subida arancelaria son Canadá, el gran suministrador de ambos metales a EE.UU., así como México, Brasil, Corea del Sur o Vietnam en lo relativo al acero, y también China, el segundo país que más aluminio vende a la primera economía mundial. Aunque la Unión Europea y España tampoco se librarán de estos nuevos gravámenes.
Segunda subida este año
Es la segunda vez que Trump sube los aranceles a las importaciones al acero y al aluminio en lo que llevamos de año. La primera fue en febrero, cuando elevó la tasa hasta el 25% "sin excepciones ni exenciones", con el objetivo de fortalecer la economía y la seguridad nacional del país.
Durante su primer mandato (2017-2021), el presidente estadounidense también impuso aranceles del 25% al acero y del 10% al aluminio, que posteriormente se aliviaron gracias a las excepciones negociadas.
Entonces, la UE y Estados Unidos llegaron a un acuerdo para establecer un sistema de cuotas o de Contingentes Arancelarios, que incluía los intercambios de acero y aluminio. Se trata de un sistema en vigor hasta marzo de 2025 y por el que se establecía un umbral de volumen de intercambios por debajo del cual no se pagaban aranceles. Por encima de dicho cupo sí se abonaría un arancel del 25% para el caso del acero y del 10% para el aluminio, explica la Cámara de Comercio española.
La UE amenaza con tomar "represalias"
La decisión se produce a pesar de las advertencias de represalias de algunos líderes políticos internacionales y de la preocupación que han expresado algunas empresas estadounidenses, que dependen en gran medida de estas importaciones. Una de las voces más críticas llegó de la Comisión Europea, quien lamentó que este gesto "socava los esfuerzos en curso para alcanzar una solución negociada" de la anterior imposición.
"La Comisión Europea está finalizando las consultas sobre la ampliación de las contramedidas. Si no se alcanza una solución mutuamente aceptable, tanto las medidas existentes como las adicionales de la UE entrarán en vigor automáticamente el 14 de julio, o antes, si las circunstancias lo requieren", especificó en un comunicado.
El pasado mes de abril, los Veintisiete acordaron las contramedidas propuestas por la Comisión para responder a los aranceles del 25% que Estados Unidos impuso en febrero al acero y al aluminio. Se trata de una lista de unos 1.600 productos estadounidenses a los que se aplicarán recargos de entre un 10% y un 25% por valor de 21.000 millones de euros, una cifra menor de la inicialmente prevista tras eliminarse el whisky, el vino o los lácteos.
Unos días más tarde, ambas partes acordaron una tregua de 90 días con el fin de "dar una oportunidad a la negociación". Sin embargo, aún no han llegado a un pacto, a falta de poco más de un mes para que caduque la moratoria.
Será "más difícil" llegar a un acuerdo, según España
También se mostró muy crítico con la decisión de Estados Unidos de imponer nuevos aranceles a las exportaciones de acero y aluminio el ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo. En su opinión, elevar estas tarifas del 25% al 50% "socava las negociaciones" entre el país norteamericano y la Unión Europea.
"Esto, evidentemente, ya de por sí sesga la situación de partida y, si además sumamos otros 25 puntos, hace mucho más difícil, en medio de la negociación, el poder alcanzar un acuerdo justo y equilibrado", señaló este lunes a los medios antes de su intervención en un acto en Casa América, en Madrid.
Además, el ministro lamentó que estas medidas suponen "un efecto negativo adicional tanto para productores como consumidores", teniendo en cuenta nuestro país es el décimo exportador de acero a Estados Unidos y ocupa la posición 28 en el caso del aluminio; y "aumentan la incertidumbre en un situación volátil en materia de fragmentación de comercio internacional", en un momento en el que todos los organismos están revisando a la baja las previsiones macroeconómicas mundiales.
Hace poco más de un mes, la Cámara de Comercio de España estimaba que unos aranceles del 25% aplicados a las importaciones de acero (incluyendo hierro) y de aluminio (incluyendo sus manufacturas) podrían suponer, en media, una reducción del 10,4% del valor total de las exportaciones españolas de estas partidas destinadas a EE.UU. Por lo que, con este aumento del 50%, el impacto será mucho mayor del esperado inicialmente.
Y no será la única consecuencia. En una entrevista en RNE, el secretario general de la Asociación Española del Aluminio y Tratamientos de Superficie (AEA), Gonzalo de Olabarria, advirtió este lunes de que también tendría impacto en la contratación: "Nosotros empleamos de forma directa a más de 17.000 trabajadores de alta cualificación y de forma indirecta a un sinnúmero de ellos".
China acusa a EE.UU. de "socavan gravemente" la tregua comercial
La relación comercial también se ha recrudecido entre Estados Unidos y China, aunque no solo por la subida de las tarifas arancelarias al acero y al aluminio. El pasado sábado, Trump acusó a Pekín de violar el acuerdo alcanzado en mayo en Ginebra para reducir mutuamente los aranceles, aludiendo a la lentitud en las exportaciones de minerales raros hacia su país.
Para el gigante asiático, estas palabras "socavan gravemente" la tregua comercial al haber "distorsionado los hechos con acusaciones infundadas" y le advirtió de que, si persiste en dañar sus intereses, "tomará medidas firmes" para defenderse. "Instamos a EE.UU. a corregir de inmediato sus acciones erróneas y a trabajar junto con China para preservar la estabilidad de las relaciones económicas y comerciales", señaló el Ministerio de Comercio en un comunicado.
En virtud de dicho acuerdo alcanzado en Ginebra, EE.UU. y China pactaron una tregua arancelaria de tres meses, reduciendo Washington sus tarifas del 145% al 30% y Pekín, del 125% al 10%. Las dos potencias también acordaron establecer un mecanismo permanente de consulta, en lo que representaba el gesto más tangible de distensión desde el inicio de la escalada arancelaria tras el regreso de Trump a la presidencia.
Sin embargo, la situación ha empeorado desde entonces y, por el momento, no hay visos de mejora. Menos aún después de que el secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, alertase este domingo de que el régimen de China está "preparando el uso potencial de la fuerza militar" para alterar el equilibrio de poder en Asia; un discurso que China consideró "lleno de provocaciones".
Ante este contexto, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, reconoció el pasado domingo que las negociaciones están "estancadas" y apuntó que una llamada entre Trump y su homólogo chino, Xi Jinping, podría desbloquear la situación, aunque no dijo cuándo se produciría. "Me gusta el presidente Xi de China, siempre lo he adorado y siempre lo gustará, pero es muy duro y es extremadamente difícil llegar a un acuerdo con él", ha señalado Trump este miércoles en su red social Truth Social.
EE.UU., uno de los mayores importadores mundiales de acero
En 2024, las importaciones de 289 categorías de productos alcanzaron 147.300 millones de dólares, mayormente aluminio y acero, según datos de Efe. En comparación, los aranceles a productos chinos en 2018 sumaron 50.000 millones.
Y es que, sin contar con la Unión Europea, EE.UU. es el mayor importador mundial de acero (26,2 millones de toneladas), por lo que se espera que los nuevos aranceles aumenten los precios a nivel mundial, afectando en última instancia a la industria y los consumidores.
En este contexto, la Casa Blanca ha confirmado que Estados Unidos ha enviado una carta a sus socios comerciales a modo de "recordatorio amistoso" para indicarles que se acerca la fecha en la que expira el plazo, a principio de julio, dado por Washington para la activación de los llamados "aranceles recíprocos". La cuenta atrás ya ha comenzado.