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Cannes busca su Palma de Oro sin favorito y con el cine español optando a todo

  • Las películas de Kleber Mendonça Filho, Jafar Panahi o Bi Gan, entre las más aclamadas del festival
  • También Sirat, de Oliver Laxe, y, Romería, de Carla Simón, optan al palmarés final

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'Sirat', de Oliver Laxe, y 'Romería, de Carla Simón.
'Sirat', de Oliver Laxe, y 'Romería, de Carla Simón.

Se busca Palma de Oro y no hay un sospechoso claro. El nivel medio del Festival de Cannes 2025 ha sido bueno, con muy pocos batacazos, pero sin ninguna película rotunda. El jurado que preside Juliette Binoche, es decir, las nueve personas que eligen el palmarés de la sección oficial tienen faena para elegir entre las películas que saldrán bendecidas para el resto del año cinematográfico. Repasamos la competición oficial de Cannes según las puntuaciones de los periodistas de RTVE presentes en el festival (del 1 al 5).

O agente secreto, de Kleber Mendonça Filho. Puntuación: 4

Era difícil para Kleber Mendonça Filho estrenar su película en la estela de Aún estoy aquí, la película ganadora del Oscar a mejor película internacional para Brasil apenas hace dos meses. Porque O agente secreto comparte el retrato de la dictadura militar brasileña en los años 70, sus víctimas y su memoria, pero, en un doble salto mortal, se puede argumentar que incluso supera por ambición y originalidad a la película de Walter Salles.

Wagner Moura interpreta a un hombre de pasado secreto que regresa a su ciudad natal para reencontrarse son su hijo y trabajar como funcionario, pero se ve envuelto en una compleja trama empresarial y mafiosa. Violenta, sensorial y juguetona, O agente secreto también trata de la desaparición del propio cine.

It was just an accidente (Jafar Panahi). Puntuación: 4

Sería una Palma de Oro justa y poética, con el regreso del cineasta disidente más famoso del mundo, a la presencia física en los festivales tras 15 años de prohibición de salir de Irán y varias temporadas en la cárcel. Jafar Panahi ha confesado que It was just an accident surgió de su experiencia carcelaria e imaginar la historia de varias víctimas que se rencuentran años después con su torturador en la prisión, ahora un padre de familia corriente.

Venganza, justicia, reparación e incluso la posibilidad de perdón se acumulan en un tono humanista y con el final más impactante de la competición.

Sound of falling (Mascha Schilinski). Puntuación: 3,7

La primera película de la competición sigue en el recuerdo: Sound of falling es la propuesta formal más rotunda, un festival expresivo para narrar la historia de una finca alemana que habitan cuatro generaciones distintas a lo largo del siglo XX.

La cineasta alemana Mascha Schilinski, prácticamente desconocida y con solo una película anterior, se revela con un despliegue de recursos que supera a The brutalist, pero al servicio siempre del corazón de la historia: el trauma heredado de dolor de mujeres oprimidas. Lo que podría ser un drama tremendista tiene también luz, viveza y hasta ecos espirituales de Tarkovski.

Sirat (Oliver Laxe). Puntuación: 3,3

Sin duda el gran golpe de la sección oficial. Oliver Laxe revienta las expectativas de los espectadores para llevarles donde nunca han estado con una segunda hora en la que la palabra sorpresa se queda corta. El viaje de un padre en busca de su hija, en compañía de su otro hijo, por el desierto marroquí en compañía de un grupo de raveros, le sirve al cineasta gallego para elaborar una parábola espiritual sobre la aceptación del dolor. La película ha despertado pasión en mucha crítica internacional, pero también polarizar por lo extremo de su propuesta.

Romería (Carla Simón). Puntuación: 3

En el enésimo ejemplo de que lo muy personal es universal, Cannes ha conectado con el cierre de trilogía personal de Carla Simón, que imagina en Romería la historia de amor de sus padres fallecidos a finales de los 80.

Con la mayoría de críticas positivas, podría ser una película de consenso para encontrarle un lugar en el palmarés por encima de otras propuestas más divisoras.

Nouvelle Vague (Richard Linklater). Puntuación: 3

En una competición con mucha celebración (y lamentos) sobre el cine (O agente secreto, Resurrection, Sentimental Value), el más directo y ligero es Nouvelle Vague donde Richard Linklater filma un ‘cómo se hizo’ Al final de la escapada de Jean-Luc Godard en blanco y negro y copiando el estilo del movimiento francés.

Sería una Palma de Oro un poco autocomplaciente para Cannes, pero Linklater ha cautivado a los cinéfilos y, dependiendo de cómo se ponga de nostálgico el jurado, podría estar en el palmarés.

Resurrection (Bi Gan). Puntuación 2,5

La película que Cannes anunció apenas unos días antes de comenzar el concurso porque necesitaba aprobación del Gobierno chino. Resurrection, de Bi Gan, es la película más descomunal y no solo por su duración de dos horas y 40 minutos, sino por su ambición y cantidad de elementos visuales. Una compleja fábula que comienza como una película muda que homenajea los inicios del lenguaje cinematográfico desde Lumière a Murnau para situar al espectador en un mundo en el que la humanidad no sueña porque le consume.

Pero un ser llamado ‘fantasma’, al modo inverso de las 1000 y una noche, elige soñar y en cada sueño, o reencarnación, se repasa la historia de China en el siglo XX. Una película, visualmente barroca, que probablemente exija más de un visionado para apreciar la infinidad de información que posee.

Por lo demás, las otras películas de más interés son Two Prosecutors, del ucraniano Sergei Loznitsa, donde se detalla con estilo la caída de los últimos idealistas de la Unión Soviética aplastados por el estalinismo; y Sentimental Value, del noruego Joaquim Trier se llevó la ovación más larga del Gran Teatro Lumière, si es que eso significa algo, con su juego metartístico.

El cine estadounidense gustó, pero no arrebató con la sátira de la polarización de la pandemia de Eddington, de Ari Aster, o La trama fenicia, el nuevo divertimento de Wes Anderson. Lo mismo vale para Die, my love, de la esteta Lynne Ramsay, con Jennifer Lawrence con una depresión posparto salvaje.

En cuanto el cine francés, destaca La petite Derniére, de Hafsia Herzi, emotivo retrato de una joven musulmana lesbiana determinada a escapar de sus condicionantes culturales y sociales. Y, quizá, la mayor decepción haya sido Alpha, de Julia Ducournau, donde la ganadora de la Palma de Oro con Titane se enreda en un drama familiar con toques fantásticos.

Los hermanos Dardenne cumplieron como siempre con Jeunes Marès, donde apuntan su cine social a un grupo de madres adolescentes, pero, como le sucede a Wes Anderson, su estilo está tan asumido que sería imposible una tercera Palma de Oro para ellos.

El sábado, a las 18.40 h, comienza la ceremonia de clausura más abierta de los últimos años que podría suponer una segunda Palma de Oro para el cine español tras la de Viridiana, de Luis Buñuel en 1961. Nada está escrito.

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