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Juan Carlos I y Revilla celebran este viernes el acto de conciliación por las supuestas injurias y calumnias

  • El rey emérito pide una rectificación pública y una indemnización de 50.000 euros, que será donada a Cáritas
  • El expresidente de Cantabria sí irá al juzgado mientras don Juan Carlos permanecerá en Sanxenxo hasta el domingo

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Encuentro entre el rey Juan Carlos I y Miguel Ángel Revilla en un acto oficial. La reina Sofía y otros asistentes presentes.

Los juzgados de Santander acogen este viernes el acto de conciliación entre Juan Carlos I y el expresidente de Cantabria, el regionalista Miguel Ángel Revilla, en el que abordarán la demanda presentada por el emérito para defender su derecho al honor frente a las supuestas "expresiones calumniosas e injuriosas" del político cántabro.

El acto de conciliación tendrá lugar a las 10.00 horas en la sala de vistas número 10 de la sede de Las Salesas. Allí deberán negociar para ver si siguen adelante con el litigio judicial o si Revilla acepta las peticiones de la defensa del rey para ser resarcido: una rectificación pública y una indemnización de 50.000 euros.

A don Juan Carlos, que se encuentra en Galicia, le han preguntado este jueves si iba a acudir a Santander. El emérito ha contestado: "Hace mucho que no voy a Santander" y ha confirmado que permanecerá en Sanxenxo hasta el domingo. El expresidente de Cantabria sí acudirá al juzgado.

El pasado mes de abril, la defensa del rey emérito informó de que se querellaba contra Revilla por haber vertido supuestas "expresiones calumniosas e injuriosas" sobre él de manera pública entre "mayo de 2022 y enero de 2025".

En su comunicado, el equipo legal informó además de que el rey reclamaba una indemnización por la "intromisión en su honor", que sería donada íntegramente a obras benéficas de Cáritas, y una rectificación "a través de los mismos medios y de manera pública". Pero, aunque apuntaba a comentarios vertidos en los medios de comunicación por el exlíder del PRC, no especificaba a cuáles se refería.

Para tomar estas acciones legales, el rey eligió a la abogada Guadalupe Sánchez Baena, conocida por ser la letrada del empresario Alberto González Amador, pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid e investigado por presuntos delitos fiscales. Zarzuela no tardaría en desmarcarse al aclarar que esta querella se trataba de "una iniciativa personal" de Juan Carlos I emprendida "a través de sus abogados privados" y que la Casa Real -a la que aún pertenece el emérito- no había sido consultada.

Revilla reta al rey a acudir al acto

Tras hacerse pública la demanda, el Partido Regionalista Cántabro manifestó su asombro, al tiempo que señaló que se habían enterado de la noticia por la prensa, puesto que no habían recibido ningún tipo de notificación. Además, ofrecieron una rueda de prensa a los medios de comunicación, ante quienes Revilla reconoció su "decepción".

Aunque no es obligatorio que comparezca, ya que los equipos legales pueden representar a los implicados, también le retó a acudir al acto de conciliación. "Ya que ha presentado la demanda, ven a defenderla y ahí nos vemos", dijo. Más tarde, en La Hora de la 1, aseguró que él iba a asistir y volvió a lanzarle la oferta al rey emérito: "Sería un buen momento para que contrastemos su vida con la mía".

Los siguientes días, Revilla continuó mostrando su enfado en sus entrevistas y apariciones en los medios, una "frustración" en parte generada por la inmunidad que la Constitución confiere al rey y que impide que sea denunciado, como él mismo reconoció.

"Ir a por un ciudadano, sabiendo que a él no le puedes hacer nada, me parece mezquino", criticó el político, que aseguró tener "la conciencia muy tranquila" por no haber "inventado nada" y ser alguien "limpio y honesto". "Lo que el rey ha hecho lo sabemos todos y la prueba es que está en Abu Dabi", dijo.

El expresidente de Cantabria, además, recalcó la cantidad solicitada para la indemnización. "Para él no es nada, le dio a una señora 65 millones de euros", lanzó con sarcasmo, en una referencia velada al dinero que supuestamente habría regalado a la empresaria Corinna Larsen.

Por lo pronto, Juan Carlos I se encuentra en Sanxenxo desde este lunes para participar, a bordo del Bribón, en las regatas de vela que se celebran en la localidad pontevedresa de Sanxenxo entre los días 16 y 18 de mayo, coincidiendo con el acto de conciliación.

De la "veneración" al "apátrida fiscal"

Miguel Ángel Revilla mantenía una conocida relación de cordialidad con el rey emérito, ya que la dejaba patente en muchas de sus intervenciones públicas y entrevistas. Ante las cámaras, reconocía su "veneración" por el papel de Juan Carlos I en el intento de golpe de Estado del 23F, contaba anécdotas que le habían sucedido en actos oficiales junto a él y profesaba su admiración.

En 2020, sin embargo, el escándalo por los negocios en el extranjero del rey emérito y su posterior marcha a Abu Dabi cambiaron su apreciación sobre Juan Carlos I. La Fiscalía comenzó a investigar las presuntas comisiones ilegales por la adjudicación del AVE a La Meca, el supuesto uso de tarjetas black o la presunta fortuna oculta en la isla Jersey.

Aunque las causas se fueron archivando una a una en 2022 por su condición de inviolabilidad, la prescripción de los delitos o las regularizaciones fiscales que presentó por las rentas no declaradas procedentes de una fundación, Revilla trasladó en programas de máxima audiencia sus críticas hacia el monarca, al que llegó a llamar "apátrida fiscal".

Así, en mayo de 2022, cuando Juan Carlos I regresó por primera vez a España desde su marcha, el exdirigente cántabro afirmó que le hubiera gustado que "hubiera llegado repatriando todo el dinero que tiene fuera y pidiendo de verdad disculpas". "Que es una persona que ha cometido verdaderos delitos. Como mínimo, eso ya lo sabemos, delitos fiscales imperdonables en un jefe del Estado", dijo en otra ocasión Revilla.

Al margen del litigio con Revilla, el equipo legal de don Juan Carlos ha presentado otra demanda en Suiza por delitos contra el derecho al honor contra Larsen, a quien también reclama una indemnización económica. El proceso llega después de que la empresaria alemana perdiera la demanda que presentó ante la justicia británica, acusando al monarca de haberle acosado a través de los servicios secretos del CNI.

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