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Turquía acoge las negociaciones de alto el fuego entre Rusia y Ucrania con pocas garantías y muchas incógnitas

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Zelenski aterriza en Turquía para negociar una paz en Ucrania

Turquía acoge este jueves una ronda de conversaciones inédita entre Ucrania y Rusia. La asistencia del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, estaba condicionada a la asistencia de su homólogo ruso, Vladímir Putin, que finalmente no estará presente, por lo que ese "cara a cara" exigido por el ucraniano no se producirá. El Kremlin ha confirmado que una delegación rusa sí estará en la capital turca, una comitiva presidida por el asesor presidencial Vladímir Medinski, el mismo que encabezó las negociaciones con Kiev en Estambul en 2022. Paralelamente, Ankara recogerá un encuentro entre Zelenski y el líder turco, Recep Tayyip Erdogan.

Por su parte, el presidente estadounidense, Donald Trump, quien comunicó inicialmente su intención de asistir al posible encuentro entre los líderes ruso y ucraniano, finalmente no acudirá. De manera alternativa, una delegación estadounidense encabezada por el secretario de Estado, Marco Rubio, y los enviados principales de Trump, Steve Witkoff y Keith Kellogg, viajarán a Estambul para las conversaciones para poner fin a la guerra de Rusia en Ucrania.

Rusia, Ucrania y EE.UU. se citan en Turquía este jueves para negociar un posible alto el fuego

Tanto Moscú como Kiev buscan demostrar que trabajan por la paz después de que Trump se marcase como prioridad el fin de la guerra, que se ha prolongado durante más de tres años. El domingo, Putin propuso conversaciones directas con Ucrania tras ignorar la propuesta ucraniana de un alto el fuego incondicional de 30 días. El líder ucraniano dijo entonces que esperaría a Putin en Estambul, aunque el jefe del Kremlin no aclaró en ningún momento su intención.

Finalmente, el equipo negociador ruso estará liderado por Medinski, el viceministro de Exteriores, Serguéi Riabkov; el de Defensa, Alexander Fomin; y un alto mando del Estado Mayor del Ejército ruso. A este respecto, Zelenski afirmó el miércoles que en base a quién enviase finalmente Moscú a las negociaciones, su Gobierno determinaría los próximos pasos a seguir en el encuentro.

Las condiciones de un acuerdo

Aunque Moscú y Kiev han asegurado en los últimos días estar dispuestos a hablar, los márgenes reales para un acuerdo siguen siendo estrechos y están plagados de obstáculos. La seguridad ucraniana y las disputas territoriales son los ejes de una tensa negociación donde cada movimiento implica concesiones dolorosas o inaceptables para alguna de las partes. Al mismo tiempo, ambos países se cuestionan mutuamente su compromiso para lograr un alto el fuego duradero.

Ucrania exige garantías de seguridad sólidas de sus aliados, muy por encima del fallido Memorándum de Budapest de 1994, que no impidió la invasión rusa ni la anexión de Crimea. Ante la negativa estadounidense a una entrada ucraniana en la OTAN, Kiev plantea mecanismos parecidos al Artículo 5 de la Alianza —otros países como Corea del Sur o Japón ya cuentan con medidas similares— aunque sin pertenecer formalmente a la organización. Sin embargo, esto supondría arrastrar a Occidente a un posible conflicto futuro con Rusia, una línea que Washington y sus aliados no parecen dispuestos a cruzar.

Asimismo, Kiev rechaza volver a propuestas previas a la invasión de 2022, como una posible neutralidad permanente a cambio de garantías internacionales. Ucrania considera que esta postura no ha disuadido a Rusia de llevar a cabo su planes expansionistas sobre el país.

Para Rusia, que controla en torno al 20% del territorio ucraniano y reclama su soberanía, renunciar a sus conquistas es una "línea roja". El martes, el viceministro de Exteriores ruso, Serguéi Riabkov, afirmó que cualquier negociación de paz debe tener en cuenta las conquistas de Rusia sobre Ucrania. "Se deben reconocer las realidades sobre el terreno en el contexto del conflicto en Ucrania, incluida la incorporación de nuevos territorios a Rusia", recordó a la agencia rusa RIA Novosti.

Ucrania, que no solo exige la retirada rusa de las regiones del Donbás, Zaporiyia, Jersón y Crimea, reitera que reconocer legalmente la pérdida de estos territorios violaría su Constitución. Sin embargo, aliados como EE.UU. han planteado el reconocimiento de facto del control ruso sobre parte de esas regiones. Según esta propuesta, Ucrania podría recuperar otras como Járkov, y la planta nuclear de Zaporiyia quedaría bajo control internacional.

Rusia quiere que se levanten las sanciones occidentales, pero sabe que muchas de ellas podrían prolongarse por años. EE.UU. estudia fórmulas para aliviar ciertas restricciones, especialmente en el sector energético, si bien el presidente francés, Enmanuel Macron, adelantó el martes que los países europeos impondrían sanciones contra servicios financieros, petróleo y gas "en los próximos días" si Rusia no cumplía con el alto al fuego.

Turquía, en el centro de las negociaciones

Erdogan también recibirá este jueves en Ankara a Zelenski, en una reunión que refuerza su voluntad de consolidarse como un intermediario en la guerra, pese a que su papel real en las negociaciones sigue siendo más simbólico que efectivo.

Turquía, miembro de la OTAN desde hace siete décadas, ha caminado sobre la cuerda floja desde el inicio del conflicto en 2022. Pese a que ha condenado la invasión rusa y defiende la integridad territorial de Ucrania (incluida Crimea), no ha dejado de mantener contactos regulares con el Kremlin e incluso ha evitado aplicar sanciones contra Moscú.

Erdogan se ha valido de esa ambigüedad para ofrecer su territorio como sede de contactos entre las partes. En marzo de 2022, Turquía acogió el único cara a cara entre los ministros de Exteriores de ambos países. Más tarde, contribuyó, junto a la ONU, al acuerdo para exportar grano ucraniano y fertilizantes rusos.

Sin embargo, las verdaderas riendas del proceso las llevan Washington y Moscú y, en cierta medida, Europa. Erdogan ha logrado mantener canales de comunicación con ambos bandos, pero no ha planteado un plan de paz propio ni ha viajado a Kiev o Moscú para impulsar uno.

La reunión llega en un momento delicado: con la guerra sin visos de resolverse, nuevas iniciativas de mediación como antes en Arabia Saudí, o ahora Brasil —impulsadas por Kiev— surgen en el horizonte. La mediación turca sigue siendo más un gesto que un motor de paz más de dos años después de su impulso inicial.

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