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"Su generosidad y valentía fueron un faro para el mundo": la homilía del cardenal Re, un homenaje al papa Francisco

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El decano del Colegio Cardenalicio, Giovanni Battista Re, lee la homilía en la misa funeral del papa Francisco

El cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio, ha desglosado en una sentida y sencilla homilía los 12 años de pontificado del papa Francisco frente a 250.000 personas congregadas en la Plaza de San Pedro para darle su último adiós en la misa exequial. "Querido papa Francisco, ahora te pedimos a ti que reces por nosotros", ha concluido emocionado su alocución el purpurado, que ha recordado las primeras palabras del pontífice que vino "del fin del mundo" cuando inició su mandato en marzo de 2013.

Con voz firme y emoción contenida, el cardenal Re comenzaba su reflexión —tras la lectura del Evangelio— "con el corazón lleno de gratitud y tristeza para dar el último adiós a nuestro amado papa Francisco". El decano ha recordado la última aparición de Francisco el Domingo de Resurrección para dar la bendición urbi et orbi y su felicitación pascual. Un papa que "ha compartido el sufrimiento y la esperanza de estos tiempos de globalización", como ha destacado Re sin dejar de hablar del "temperamento" y la "fuerte personalidad" de Francisco combinada con su "calidez humana profundamente sensible a los dramas de la actualidad".

"Su ministerio estuvo marcado por la cercanía a los más pobres y marginados", ha recalcado en varias ocasiones el cardenal Re. La constante preocupación de Francisco por los olvidados del mundo y los últimos, los descartes, los que se encuentran en las periferias de la periferia ha sido una de las ideas más repetidas en la homilía: "Nos invitó a ser una Iglesia en salida, que va al encuentro de todos, especialmente de aquellos que sufren". La imagen de un pastor que no dudaba en abrazar a los desposeídos ha sido recordada una y otra vez por el oficiante principal. El papa Francisco, desde la elección de su nombre en recuerdo del pobre de Asís, fue durante sus 12 años de pontificado —en sus palabras y sus gestos—, el papa de los pobres.

[HOMILÍA COMPLETA (pdf)]

"Su palabra fue un bálsamo para los afligidos, un llamado a la esperanza para los desesperados", ha proseguido el cardenal al desglosar brevemente y con una lectura reposada las virtudes y fortalezas del padre Jorge Bergoglio, jesuita, sacerdote, obispo, arzobispo y papa de la Iglesia universal. "Nos enseñó que la misericordia es el rostro de Dios, y que el amor es el único camino hacia la paz". Cada frase de la homilía pronunciada en italiano ha resonado como el eco de los gestos que Francisco ha regalado al mundo sin importar su condición, nacionalidad o religión.

"Su generosidad y valentía fueron un faro para la Iglesia y para el mundo", ha dicho el cardenal, al tiempo que evocaba el "corazón ardiente" del papa. "Su espíritu misionero nos impulsó a llevar el Evangelio a todos los rincones de la tierra". Y ha puesto el foco en los "47 agotadores viajes apostólicos a la periferia más periférica del mundo" que encabezó Francisco visitando los lugares más olvidados del planeta donde millones de personas sufren ante la indiferencia del resto de la humanidad. La plaza, en un silencio reverente, recordaba las innumerables veces que Francisco había desafiado las convenciones para llevar consuelo y esperanza.

"Su sonrisa era un reflejo de la alegría que brota del encuentro con Cristo", ha recordado el cardenal, que ha destacado la calidez y la cercanía del papa que a pesar del sufrimiento y el dolor siempre ha hablado de la alegría de la Buena Noticia, del Evangelio, de un Dios que se hizo hombre. "Nos recordó que la fe no es una carga, sino un don que nos llena de vida", explicaba Re. La imagen de un Francisco sonriente, abrazando a niños y ancianos, se proyectaba en la memoria de los presentes.

Preocupación por el medio ambiente y la justicia social

"Su preocupación por el medio ambiente y su llamado a la justicia social son un legado que perdurará", ha afirmado el cardenal Re, haciendo hincapié en la encíclica Laudato si'. "Nos invitó a ser custodios de nuestra casa común, a construir un mundo más justo y fraterno". La responsabilidad de cuidar el planeta ha resonado en cada rincón del mundo. "Su testimonio de la alegría del Evangelio fue un regalo para la humanidad", ha continuado el cardenal. "Nos mostró que la fe no es una teoría, sino una experiencia que transforma vidas". La plaza, un mosaico de culturas y lenguas, compartía el mismo sentimiento de gratitud.

"Misericordia y alegría del Evangelio son dos conceptos clave del Papa Francisco", ha destacado Re a modo de titular periodístico. También ha puesto en valor la apuesta del papa difunto por una cultura del encuentro y la solidaridad "en contraste con lo que definió como “la cultura del descarte”". Para "todos, todos y todos", como explicitó con el Acuerdo por la Fraternidad Humana y su encíclica Fratelli tutti. También, con Laudato Si, donde "nadie se salva solo".

Un papa que lamentó la "guerra mundial a trocitos" y, como recordó Re, "el papa Francisco elevó incesantemente su voz implorando la paz e invitando a la sensatez, a la negociación honesta para encontrar soluciones posibles, porque la guerra —decía— no es más que muerte de personas, destrucción de casas, hospitales y escuelas. La guerra siempre deja al mundo peor de como era en precedencia: es para todos una derrota dolorosa y trágica".

"Su humildad y sencillez fueron un ejemplo para todos", ha subrayado el cardenal Re. "Nos enseñó que el poder del amor es más grande que cualquier otra fuerza". La imagen de un papa que lavaba los pies a los presos y abrazaba a los enfermos, como símbolo de su humildad. "Su liderazgo fue un servicio, no un dominio", ha afirmado el cardenal. "Nos mostró que la Iglesia es una familia, donde todos somos hermanos y hermanas". La visión de una Iglesia inclusiva y acogedora, un legado que perdurará.

El cardenal Re ha cerrado la homilía con un homenaje a la figura del pontífice: "Que su ejemplo de amor y servicio nos inspire a seguir construyendo puentes de diálogo y paz", ha señalado. "Que su alma descanse en la paz eterna". Un aplauso espontáneo se ha elevado desde la plaza, un último tributo a un papa que tocó los corazones de millones de personas, creyentes y no creyentes, a lo largo y ancho de un mundo al que se refería como "casa común".

"Querido papa Francisco, ahora te pedimos a ti que reces por nosotros", concluyó el cardenal recordando las palabras con las que el argentino solía cerrar sus alocuciones.

Quién es el cardenal Giovanni Battista Re

Nacido en el pequeño pueblo de Borno, en Val Camonica, el cardenal Giovanni Battista Re es el decano del Colegio Cardenalicio y uno de los protagonistas del funeral de Francisco al presidir la celebración de la misa de exequias.

Con 91 años recién cumplidos el pasado 30 de enero, Re proviene de una familia sencilla en la que su padre era carpintero y su madre ama de casa. Tiene un hermano y cinco hermanas, una de ellas religiosa. Ingresó al seminario de Brescia con apenas 11 años, en 1945 y recibió el orden sacerdotal por el obispo de Brescia en 1957.

Durante años fue representante de la Santa Sede en el exterior, primero en Panamá y luego en Irán, antes de regresar al Vaticano para trabajar en la Secretaría de Estado, donde permaneció durante 28 años. Su colaboración con Juan Pablo II fue constante y le nombró cardenal en 2001. Participó en el cónclave de 2005 que eligió a Benedicto XVI y en el de 2013 que eligió a Francisco.

En 2020 Francisco aprobó su elección como decano del Colegio Cardenalicio. Un cargo que Bergoglio le prorrogó el pasado 7 de enero, como muestra de la gran estima que le tenía. Persona de confianza y hábil diplomático, Re es también un hombre con sentido político y gran conocedor de la diplomacia vaticana.

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