Luka Modric y Carlo Ancelotti se despiden del Bernabéu con emoción, lágrimas y un cameo muy especial
- El Madrid se impone 2-0 a la Real Sociedad con un doblete de Mbappé, que pasa a liderar la Bota de Oro
- La aparición sorpresa de Toni Kroos desde el vestuario, guinda al emotivo homenaje al croata
En el minuto 83, cuando ya se desbordaba la emoción en el Bernabéu con el primer adiós, el de Lucas Vázquez, Vinícius encontraba el desmarque de Mbappé que ajustaba su disparo al poste para sentenciar un partido que en esta ocasión era casi lo de menos. Se acercaba el momento de Luka Modric, una despedida a la altura de la leyenda del jugador con más títulos con el club, que el destino ha querido que llegase el mismo día en que también decía adiós el entrenador más laureado de su historia, Carlo Ancelotti.
El partido se detuvo con el cambio. Los equipos le hicieron pasillo, con su familia, su mujer y tres hijos, al final del mismo esperando. El estadio en pie, con una ovación repleta de emoción y lágrimas incontrolables cuando apareció Toni Kroos para fundirse en un abrazo. "Gracias Luka, tu gloria ya es eterna", rezaba una pancarta que resume el sentimiento madridista hacia una de sus leyendas que se ganó el respeto de rivales por su forma de interpretar el fútbol.
Toni Kross, en el momento de abrazarse a Luka Modric cuando este era sustituido en su último partido en el Bernabéu. REUTERS
Una vez llegó el pitido final fue el momento de los discursos, que inundó de sentimiento y emoción el Santiago Bernabéu, bañada en lagrimas de despedida incluidas las del presidente del club, Florentino Pérez.
"Una historia inolvidable" para Ancelotti
Con el Bernabéu volcado y todavía repleto, un emocionado pero contenido Ancelotti tomó la palabra en el círculo central y ante casi 80.000 personas. "No tenéis que pensar que es tan sencillo hablar hoy", arrancó el italiano con su ironía habitual. "Ha sido un honor y un placer entrenar este equipo. Ha sido fantástico entrenar a este grupo de futbolistas, y también compartir con vosotros todos estos momentos. Es una historia inolvidable", dijo.
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No dudó en echar la vista atrás para entrar en detalle: "Nadie puede olvidar la remontada ante el PSG, el gol de Rodrygo al Manchester City, el pase de Luka contra el Chelsea, los dos goles de Joselu al Bayern. Y yo tampoco puedo olvidar cada día que he pasado aquí. ¡Hala Madrid y nada más, os quiero mucho!", concluyó sus palabras el de Reggiolo, a punto de romper a llorar.
Modric: "Ha sido un viaje largo pero maravilloso"
Después, llegó el turno de Modric, que confesó que había llegado el momento que "nunca" quiso que llegara. "Ha sido un viaje largo pero maravilloso. Quería dar las gracias al club, al presidente, a todos los entrenadores de estos años, a mis compañeros y a toda la gente que me ayudó en este tiempo, gracias de corazón. También, gracias a mi familia, sin ellos todo esto no sería posible", reconoció.
"Es muy difícil, pero hemos ganado mucho, momentos maravillosos, pero el trofeo más grande que he ganado es vuestro cariño y vuestro amor todos estos años", confesó el capitán madridista, que decidió terminar con una profunda frase sus palabras. "No llores porque se terminó, sonríe porque sucedió. ¡Hala Madrid y nada más!", acabó el jugador, que al igual que su técnico fue manteado por sus compañeros y dio una vuelta de honor al césped.
Mbappé cumple con su parte en busca de la Bota de Oro
Desde el inicio el partido tuvo un aroma al fin de una era. Con más tristeza que fútbol. Con más añoranza que presente a una etapa ya instalada entre las de mayor gloria del Real Madrid. El último capítulo de una liga sin nada en juego, más que el orgullo y el deseo estadístico de Mbappé para ser 'Bota de Oro'.
Sin la intensidad de un partido de élite, con una Real Sociedad mermada y el reconocimiento a la cantera de Imanol Alguacil en su último día. Su merecido baño de masas ya ocurrió en San Sebastián con el reconocimiento a su labor, devolviendo al equipo de su corazón a la conquista de un título y a competiciones europeas. Con un mal epílogo que provoca la decisión de su adiós, fuera de los ocho primeros puestos y de Europa.
De la Real Sociedad que acarició la remontada en la semifinal de Copa del Rey marcando cuatro goles en el Bernabéu quedó poco. Sin mordiente arriba y con Sergio Gómez perdonando la ocasión más clara, cuando Tchouaméni cometió un error de jugador que no juega en su demarcación. Eligió mal y dejó un pasillo que provocó el mano a mano del rival y la parada del partido de Lunin, con mano firme abajo.
El partido era de dominio madridista, con Mbappé enchufado desde el inicio por su objetivo. Encontró a los siete minutos un balón filtrado de Lucas Vázquez, y la respuesta rápida abajo de Marrero repleta de reflejos.
En el ritmo bajo que marcó el duelo, por momentos más un partido amistoso que de competición, resaltó la combinación de calidad por dentro que protagonizaron Ceballos, Güler y Brahim, con un taconazo que provocó el aplauso de Modric, el receptor de todos los de la grada. Cada saque de esquina fue un ritual que levantaba a la grada y agradecía tantos años de fútbol a Luka. Su nombre se coreaba de forma incansable. El último día que tomó el mando del juego madridista, Modric regaló un túnel al rival que levantó al aficionado del asiento.
Mbappé encontró su momento tras un penalti de VAR. La mano dentro de su área de Pablo Marín, involuntario pero elevada para cortar una acción de Güler, no la interpretó como infracción Melero López, que también se despedía del arbitraje profesional. El partido siguió y fue en la revisión de la acción cuando señaló la pena máxima. El madridismo coreaba "Modric, Modric", pidiendo el último gol de Luka como regalo, pero la decisión era de Mbappé.
Y no lo dudó. Kylian tenía un objetivo y asumió la responsabilidad. Quizás con sentimientos encontrados, lanzó temeroso y falló, con la fortuna de recibir el rechace para un segundo intento que mandó a la red. Su tanto 30 para ser máximo goleador de LaLiga en su primera participación.
Lesión de Brahim Díaz
El partido dejó una mala noticia para el Real Madrid de cara al Mundial de Clubes, una nueva lesión, el gran mal que ha sufrido Ancelotti para no cumplir el objetivo obligado de ganar algún título grande para poder cumplir el contrato que tenía firmado. Brahim sufrió otro problema muscular y dio paso al regreso de Vinícius.
El partido había rebajado, aún más, la intensidad y 'Vini' le metió algo de electricidad. El más contento, Mbappé, que encontraba un socio con el que cumplió su objetivo con el gol que da comienzo a esta crónica. Solo se le escaparía la 'Bota de Oro' si Salah marca cuatro goles este domingo.