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Comenzamos en Nicaragua donde prosigue la oleada de arrestos de aspirantes a la presidencia y y de líderes opositores, a pocos meses de las elecciones generales en las que el sandinista Daniel Ortega, en el poder desde 2007, buscará una nueva reelección. En esta ocasión ha detenido a la exdiputada María Flores, mujer del expresidente Arnoldo Alemán, y al periodista Miguel Mendoza.

Ya en Europa, nos situamos en Italia, donde el próximo lunes 28 las mascarillas dejarán de ser obligatorias en los espacios al aire libre y la UE ultima un paquete de medidas restrictivas contra sectores económicos de Bielorrusia y una cuarta ronda de sanciones contra responsables de la represión en en el país.

En Suecia, el Gobierno rojiverde en minoría del socialdemócrata Stefan Löfven perdió este lunes una histórica cuestión de confianza en el Parlamento, votada por uno de sus aliados y la oposición de derecha.

Además, el número de secuestros y casos de violencia sexual contra menores en zonas de conflicto, se ha disparado de forma alarmante a lo largo de 2020, según advierte Naciones Unidas.
 

Daniel Ortega continúa allanando el terreno para su cuarta reelección consecutiva como presidente de Nicaragua. Después de 15 años seguidos en el poder y a cinco meses de las elecciones, intensifica la purga de sus potenciales rivales.

En una semana, la policía nacional nicaragüense ha detenido a cuatro de los precandidatos opositores a la presidencia del país. Los dos últimos, este martes.

Se trata de Juan Sebastián Chamorro, sobrino de la expresidenta, Violeta Barrios de Chamorro, y del académico Félix Madariaga. Tanto ellos, como Arturo Cruz, detenido el sábado, están acusados de incitar a la injerencia extranjera bajo una nueva ley aprobada en diciembre pasado.

En el caso de la otra precandidata, Cristiana Chamorro, en arresto domiciliario desde hace una semana, la acusación es por lavado de dinero a través de una fundación.

En el marco de esta misma investigación, han sido además llamados a declarar decenas de periodistas independientes e incluso el Premio Cervantes, Sergio Ramírez.

Ante esta nueva oleada represiva aumenta también la presión internacional sobre el régimen nicaragüense. España ha pedido la liberación inmediata de los precandidatos, la Organización de Estados Americanos ha hecho lo propio y, desde la administración Biden dicen que las detenciones confirman que Ortega es un dictador.

Foto: AFP / M. NGAN

Quedan cinco meses para las elecciones en Nicaragua y cuatro aspirantes a la presidencia han sido detenidos y encarcelados. Otros denuncian el acoso al que les somete la policía. Parte de la comunidad internacional ha condenado esta ola de arrestos. Estados Unidos denuncia que es un claro intento del mandatario Daniel Ortega de frustrar unos comicios limpios para seguir en el poder.

En las últimas horas pasaban a manos de la fiscalía Juan Sebastián Chamorro y Felix Madariaga, acusados, dice la Policía, "de realizar actos que menoscaban la independencia, la soberanía y la autodeterminación" e "incitar a la injerencia extranjera". Detenciones que mantienen el ritmo policial contra la oposición por parte del gobierno de Daniel Ortega, tras arrestar en los últimos días a Arturo Cruz y Cristiana Chamorro por presuntas irregularidades en la gestión de la fundación creada por su madre, la expresidenta Violeta Barrios de Chamorro, y a pocos meses de las elecciones presidenciales previstas para el mes de noviembre para las que han sido ya vetadas varias formaciones políticas.

La oposición denuncia que desde las masivas protestas de 2018 en contra el gobierno, la presión del oficialismo se ha incrementado más que nunca. Miembro clave de la revolución sandinista que derrocó a Anastasio Somoza, Ortega ocupa la presidencia desde hace 14 años en los que ha gobernado con mano de hierro y elevado a su mujer, Rosario Murillo, a la vicepresidencia y como más que probable sucesora a corto plazo. Ejerció su primer mandato entre 1985 y 1990, cuando fue derrotado en las urnas por Violeta Barrios.

La opositora nicaragüense Cristiana Chamorro se encuentra recluida en su vivienda bajo una fuerte vigilancia policial desde el miércoles, tras ser acusada de lavado de dinero por el Gobierno de Nicaragua y expulsada por la justicia del proceso electoral de noviembre. La presión internacional que pide su liberación se ha materializado este viernes con pronunciamientos de Estados Unidos, España y Francia.

En la imagen, la policía custodia la casa de la opositora Cristiana Chamorro FOTO: AFP

En Nicaragua, el régimen de Daniel Ortega ha lanzado una nueva campaña de acoso y persecución contra medios de comunicación y opositores. Tras más de 14 años en el poder, el líder sandinista aspira a un nuevo mandato en las elecciones de noviembre.

Foto: La aspirante a la Presidencia de Nicaragua y periodista Cristiana Chamorro Barrios durante su salida de las instalaciones del Ministerio Público en Managua (EFE/Jorge Torres)

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