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Noemí González y Ramón Román: empresarios, formadores y gitanos comprometidos

  • Más de 4.500 mujeres se han formado en la academia fundada por Noemí González
  • La empresa de Ramón Román ofrece soluciones de márquetin digital a pymes de toda España

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Autoempleo y emprendimiento gitano
Noemí González, en Madrid, y Ramón Román, en Lucena (Córdoba), han creado y dirigen su propia empresa. RTVE

El 8 de abril se celebra el Día Internacional del Pueblo Gitano, una fecha que conmemora su primer Congreso Mundial celebrado en 1971 en Londres. Este año la celebración es especial porque coincide con los 600 años de su llegada a España. Sin embargo, todavía son muchos los estereotipos negativos asociados a este pueblo.

Para romper con el antigitanismo desde la Fundación Secretariado Gitano nos han facilitado el contacto de dos emprendedores de éxito. Los dos optaron por el autoempleo, los dos tienen gente contratada en sus empresas, los dos son profesores en cursos y talleres, los dos han vivido la discriminación por ser gitanos y han dado un paso al frente en su compromiso por la igualdad. No se conocen, pero los presentamos juntos.

Las uñas como vocación

Noemí es madrileña, "del centro, de La Latina, cerca del Rastro" donde nació hace 32 años. Su padre regentaba una tienda de ropa para caballero y su madre "una boutique" de ropa de señora. Tiene "tres hijos y un marido". Estudió dos años de Informática, algo de Gemología "porque estuve trabajando en una joyería" y, cuando descubrió el mundo de las uñas, no tuvo ninguna duda de que esto era lo suyo "y como que me metí de lleno". Completó el grado medio y el superior de Estética y no paró de formarse asistiendo a cursos especializados.

Noemí González al finalizar uno de los cursos que imparte por toda España

Noemí González con las alumnas de uno de los cursos que imparte por toda España. ARCHIVO PARTICULAR N.G.

Ahora dirige su propio salón de belleza, distribuye productos de belleza de las marcas más importantes en el sector e imparte formación por toda España con su Academia Europea K uñas K pelos por la que ya han pasado más de 4.500 mujeres.

Por el micrófono de la tómbola

Ramón Román tiene 43 años y es malagueño, "nací en Vélez-Málaga, pero me vine de adulto a Lucena (Córdoba) por las cosas del amor". Está casado y tiene "una hija de diez y un niño que mañana cumple ocho". Sus padres se dedicaban a la venta ambulante de textil. "Iban cogiendo encargos de ropa, mantelerías y cosas así de cortijo en cortijo", y luego se pasaron a lo que en Andalucía se conoce como "baratillos", los puestos de mercadillo. De esa época, cuando sus padres regentaban una tómbola, surge la vocación de Ramón por la comunicación. "El tema del micrófono me gustaba mucho". Quería ser "periodista o director de cine" y se licenció en Comunicación Audiovisual, pero el mundo laboral estaba complicado y acabó especializándose en márquetin digital.

Ramón Román junto con los alumnos de uno de sus cursos de transformación digital

Ramón Román junto con los alumnos de uno de sus cursos de transformación digital. ARCHIVO PARTICULAR R.R.

En 2013 creó Zendital y desde Lucena ofrece soluciones integrales de transformación digital a pequeñas y medianas empresas de toda España. Habla con nosotros desde su nueva sede "con todos los cacharros por aquí, que acabamos de pintar" donde también ofrecerá formación especializada a empresas y particulares.

El monstruo de la discriminación

"Cuando tenía cinco o seis añitos estaba en la playa de vacaciones y me fui a la piscina del hotel", recuerda Noemí al otro lado del teléfono. "Entonces le dije a una niña pequeña, con la que estaba jugando, que yo era gitana. Empezó a gritar que había una gitana en la piscina y salieron todos los niños corriendo", explica con el dolor del imborrable recuerdo de infancia en la playa: "Lloré un montón".

Noemí González en su coche

Noemí González, en su coche. ARCHIVO PARTICULAR N.G.

"También he vivido el racismo con mis hijos en el colegio", cuenta Noemí que habla orgullosa de ellos. "No faltan ni un solo día a clase y he tenido comentarios alucinantes de las profesoras". Con el mayor, que estaba en cuarto de primaria, la maestra le dijo a Noemí: "No le mando tarea porque no sé si en casa tenéis el suficiente nivel como para ayudarle".

En Andalucía, donde viven más de la mitad de los aproximadamente 800.000 gitanos españoles, la discriminación se manifiesta también de otras maneras, "es más silenciosa", dice Ramón Román. "Yo no he sentido discriminación directa —explica el experto en márquetin digital— pero sí que es verdad que mis padres nos han transmitido ese estigma silencioso y nos decían que no dijéramos que éramos gitanos", recuerda ahora, desde la madurez. "Eso sí que lo teníamos ahí, un poco como en el subconsciente. Y yo creo no decir quién eres ni qué origen tienes es también una manera de sentir discriminación, aunque de manera más silenciosa".

Gitanos comprometidos con la igualdad

Ramón asesorando a unos clientes

Ramón durante una asesoría a una pyme. ARCHIVO PARTICULAR R.R.

Ramón conocía la ONG Secretariado Gitano y había colaborado con ellos como voluntario cuando vivía en Málaga. Estuvo dando un taller de cine a los chicos y chicas del barrio La Palma Palmilla. Años después, ya de adulto y siendo empresario, desde la sede central de la Fundación en Madrid contrataron los servicios digitales de Zendital sin saber que era la empresa de un gitano. "Con el equipo me entendí muy bien y me ayudaron a dar el paso para tener ese compromiso de mostrar otras realidades. Fue una manera también de salir de este armario invisible".

Noemí cree que aunque "cada día es más fácil decir que eres gitano, sigue habiendo discriminación y estereotipos". Esta gitana emprendedora se siente "muy orgullosa" de pertenecer a un pueblo con "una cultura muy bonita, arraigada en el respeto. Además, somos un pueblo de paz que jamás ha empezado una guerra". Y eso a pesar de que se trata de un pueblo que ha estado perseguido a lo largo de sus 600 años de historia en España.

Cuando conoces, respetas y aceptas

Es obligatorio enseñar que la Historia del pueblo gitano forma parte de la Historia de España

"Quiero tener la fe y la esperanza de que algún día llegará el fin de la discriminación", se muestra optimista Noemí. Y tiene muy claro que la educación es la clave. "Sobre todo hay que empezar en las aulas donde es obligatorio enseñar que la Historia del pueblo gitano forma parte de la Historia de España", aunque se lamenta de que "todavía no está en los libros y los profesores no lo tienen en cuenta", pero siente que "en el momento en el que nuestros niños aprendan un poquito, la discriminación y el antigitanismo irá desapareciendo".

Noemí González en su centro de belleza

Noemí González en la recepción de su centro de estética. ARCHIVO PARTICULAR N.G.

Ramón, por su parte, tiene claro que se trata de un "esfuerzo que tenemos que hacer toda la sociedad para conocernos los unos a los otros". Aporta, además, algunas claves como la de "acercarse sin ningún tipo de prejuicio y evitar las etiquetas que son las que hacen que esta sociedad no avance". Y antes de despedirse al otro lado del teléfono, vuelve a insistir en una idea recurrente a lo largo de la conversación: "Yo no soy una excepción, yo soy una realidad. Y los gitanos y gitanas tenemos realidades muy diversas".

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