La junta militar birmana eleva a más de 3.350 los muertos tras el terremoto y planea elecciones en diciembre
- La crisis política, con un gobierno militar impuesto tras un golpe, añade dificultad a la situación
- La ONU denuncia boicot de la junta a la entrega de ayuda en zonas fuera de su control


La cifra de muertos por el terremoto en Birmania (Myanmar) ha ascendido a 3.354, mientras que los heridos ya alcanzan los 4.850 y los desaparecidos los 220, según han informado medios estatales este sábado.
Mientras continúa la crisis política en el país. El líder del gobierno militar, el general Min Aung Hlaing, en un inusual viaje al extranjero, ha asistido a una cumbre en Bangkok de países del sur y sudeste asiático. Allí se ha reunido por separado con los líderes de Tailandia, Nepal, Bután, Sri Lanka e India y ha asegurado al primer ministro indio, Narendra Modi, los planes de la junta militar de celebrar elecciones "libres y justas" en diciembre, han dicho medios estatales de Birmania. Modi, por su parte, ha pedido como muestra un algo el fuego permanente tras el terremoto y que los comicios sean "inclusivos y creíbles", ha indicado un portavoz de asuntos exteriores de la India.
Líderes del sur y el sureste de Asia reunidos en Bangkok, con la presencia del jefe de la junta militar de Birmania EFE/EPA/THAI MINISTRY OF FOREIGN AFFAIRS
Los críticos han despreciado las elecciones previstas, calificándolas de farsa para mantener a los generales en el poder a través de intermediarios. La presencia de Min Aung Hlaing en el encuentro de los países del BIMSTEC (Iniciativa de la Bahía de Bengala para la Cooperación Técnica y Económica Multisectorial) también ha motivado las críticas de la ministra de Asuntos Exteriores del Gobierno de Unidad Nacional de Birmania, en la sombra desde el golpe de Estado.
La ONU investiga ataques de los militares y la restricción de ayuda
El Gobierno de Unidad Nacional ha dicho que continúan los ataques por parte de las fuerzas armadas, que han dejado 68 muertos, entre ellos un niño y 15 mujeres, tras el terremoto, pese al declarado cese al fuego temporal.
En un comunicado, el gobierno 'alternativo' birmano —formado por políticos, activistas y líderes de minorías étnicas prodemocráticos— ha explicado que han registrado 68 ataques aéreos y de artillería en la última semana, pese a que la junta declaró el miércoles que cesaría las hostilidades durante tres semanas para que la ayuda llegara más rápido a las víctimas del sismo.
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), por su parte, ha criticado de que la junta estaba restringiendo los suministros de ayuda a las zonas afectadas por el terremoto donde las comunidades no respaldaban su gobierno. La oficina de la ONU ha indicado que estaba investigando 53 ataques reportados por la junta contra la oposición, incluyendo ataques aéreos, de los cuales 16 ocurrieron después de la declaración del alto el fuego el miércoles.
El jefe de ayuda de la ONU, Tom Fletcher, de visita en Birmania, ha elogiado, por su parte, a los grupos de emergencia y comunitarios por liderar la respuesta humanitaria. Fletcher ha pasado la noche del viernes en Mandalay, la segunda ciudad más grande de Myanmar, cerca del epicentro del terremoto, y ha publicado en X que los grupos humanitarios y comunitarios habían liderado la respuesta al terremoto con "coraje, habilidad y determinación". "Muchos lo perdieron todo, pero aun así siguieron saliendo a apoyar a los supervivientes", ha declarado.
Desde que derrocaron al gobierno civil electo de la premio Nobel Aung San Suu Kyi en 2021, el ejército ha tenido dificultades para gobernar Birmania, dejando la economía y los servicios básicos, incluida la sanidad, en ruinas, una situación que se agravó con el terremoto del 28 de marzo. La guerra civil que siguió al golpe ha desplazado a más de tres millones de personas, con una inseguridad alimentaria generalizada y más de un tercio de la población necesita asistencia humanitaria, según la ONU.