Un hijo entrega 80.000 firmas para que no separen a sus padres con alzhéimer en dos residencias
- Separar a sus padres “de un día para otro” sería “una experiencia desgarradora para ellos”
- La petición busca modificar los criterios en materia de asignación de residencias
Desiderio y María Soledad son un matrimonio con alzhéimer que lleva 60 años casados. Su hijo no puede hacerse cargo solo de ellos y por ello necesita trasladarlos a una residencia. Sin embargo, el sistema no le garantiza que ambos sean asignados al mismo centro, ya que, actualmente, el baremo que lo determina no contempla aspectos como que la pareja sea una unidad familiar.
Para evitar esta posible separación, Jose Ignacio, el hijo de la pareja, inició una recogida de firmas que busca un cambio de la normativa extremeña para que se asemeje al de otras comunidades como Aragón o la Comunidad Valenciana. La petición a través de la web Change.org ha logrado reunir 80.000 firmas que José entregará este jueves a la Junta de Extremadura y al Servicio de Promoción de la Autonomía y Atención a la Dependencia, de la Consejería de Salud y Servicios Sociales en Mérida.
La residencia privada no es una opción
El hijo de la pareja, solicita que se modifiquen los criterios actuales de asignación de plazas públicas en residencias extremeñas. “Para que las parejas de ancianos, especialmente aquellas que lidian con enfermedades crónicas como el alzhéimer, puedan terminar sus días juntas”. A su entender, separar a sus padres “de un día para otro” sería “una experiencia desgarradora para ellos”.
En este contexto, barajó la posibilidad de internarlos en una residencia privada, pero calculó que ambas plazas costarían cerca de 5.000 euros mensuales. "Mis padres de 84 y 80 años se cogen de la mano como si tuvieran 14 y cuanto más mayores, más carantoñas se dedican", explica Jose Ignacio, quien reconoce que “van a hacer 60 años de casados” y aún le “emociona ver esa conexión”.
Reconoce que es una situación complicada y que por eso se le parte el alma cuando los mira y sabiendo que quizás tengan que separarse justo ahora, en los últimos años de sus vidas. José Ignacio recalca que el alzhéimer es una enfermedad que avanza rápido y que ambos necesitan atención las 24 horas "Mi madre en cuestión de meses ha pasado de cocinar y valerse por sí misma, a pasar la mayor parte del día inmóvil, incapaz de asearse sola, con la mirada perdida. Es muy duro verles así", explica José.